lunes, 7 de diciembre de 2009

HISTORIA DEL CANTÓN CHONE

Narra todos los sucesos ocurridos a lo largo de la existencia del Cantón Chone.

Descubrimiento de Chone
El territorio de Chone fue descubierto por la tribu de los Caras, que llegaron por Bahía de Caráquez en el siglo VII, embarcados en balsas bordeando la costa del mar, estableciéndose en la actual cabecera cantonal del Cantón Sucre (Provincia de Manabí), donde construyeron la ciudad de "Carán", gobernada por un cacique de nombre Shyris. El espíritu expansionista, inquieto y colonizador de la tribu errante hace que esta explore las zonas existidas más adentro del estuario donde terminaba un río y comenzaba las playas y el océano. Cuando descubrieron la presente geografía del Cantón Chone, ya habían explorado la mayor parte del territorio, ubicándose en las riveras de los ríos Chagualú y Garrapata, donde construyeron la segunda ciudad indígena llamada Chonana, que estuvo representada por un jefe llamado "Chuno", el mismo que tal vez por razones de seguridad tenía su palacio en la cima de la Cordillera de Chagualú, vecina a la parroquia de Ricaurte, que a pesar de haber transcurrido siglos, existen vestigios de lo que pudo haber sido una fortaleza o un palacio subterráneo, consistente en escaleras labradas en roca, miradores con asientos de piedra, orificios subterráneos profundos que salen de una cueva bastante grande a los miradores, observándose de uno de ellos; el valle formado por los ríos Garrapata, Santos y Chagualú. Este lugar ha sido visitado siempre por estudiantes y personas que aprecian la cultura aborigen de los choneros.
La Travesía por Manabí de Pedro de Alvarado y el Descubrimiento de la Tribu Chonana

El conquistador español de origen extremeño Don Pedro de Alvarado y Contreras, siendo Gobernador en la Capitanía General de Guatemala que en aquel entonces comprendía toda la vigente Centroamérica; nombrado por el Emperador Carlos V al mérito de sus campañas militares, inició una ruta de recorridos por los actuales territorios del Ecuador en 1534 cuando para entonces ya había recibido las noticias sobre la riqueza infinita de los Incas en leyendas, hazañas y mitos del Reino de Quito, comentados principalmente por todas las embarcaciones españolas que iban a su regreso desde el Perú a Nueva España durante el periodo de la conquista emprendido por Francisco Pizarro en el año de 1524 a las tierras del llamado Reino Birú que no era otra cosa que una parte del Imperio Inca y de futuro sería el Virreinato del Perú.
Desde Puerto Iztapa,
Guatemala; Alvarado salió con una pequeña flota compuesta por ocho navíos , en los cuales se embarcaron 500 infantes bien armados, 227 caballos y un número de indígenas de Guatemala, desembarcando a su llegada a Sudamérica en la Bahía de los Caras, recorriendo lo que ahora es Charapotó, en la circunstancia se encontró con una tribu muy rebelde y conformada por sus jerarquías y rangos sociales, llamada "Japotó", que hizo resistencia a las fuerzas de Alvarado, y este optó por vencer la rebelión indígena de la tribu que se resignó finalmente a la furia de los españoles, fundándola en nombre de Dios y de la Corona Española como "La Villa Hermosa de San Mateo de Charapotó"; de allí cruzó hasta hacer una estadía en la ahora conocida playas de La Boca-San Jacinto, arribando después a Jocay (Cantón Manta) donde se hallaba residida una confederación politeísta de la Cultura Manteña o Cultura de los Mantas, saqueando e incendiando ese poblado situado allí; tomando entonces posesión de valiosísimos tesoros de la cultura existente que comprendía un botín de jarrones llenos de oro, plata, piedras preciosas, esmeraldas, etc. con el forcejeo de las fuerzas militares de Alvarado, a excepción de la tan comentada pieza de la diosa Umiña, además de otros tesoros que decían ser de mucha más importancia hechos de oro puro, tal como lo hiciere durante su primer arribo a Bahía de Caráquez pero sin éxitos materiales. En Jocay que etimológicamente traducido al español quiere decir “Casa del Pez” o “Casa de los Peces” sometió a los habitantes indígenas con el miedo de la tecnología avanzada que ostentaba el sofisticado armamento español de aquel entonces, además de apresar al jefe de la tribu Lligua Tohallí que fue ahorcado por órdenes de Alvarado en la primera travesía por las afueras de Paján, pero muy cerca de la actual ciudad. De su toma de posesión en Jocay regresó nuevamente a Charapotó y a Bahía de Caráquez. Cuando llegó un poco más al Sur en Jipijapa o Xipixapa donde un grupo de españoles impresionados por la riqueza agraria de la zona que los alimentó algún tiempo la denominaron primeramente "La Villa de Oro de Xipixapa" sin ningún compromiso ligado al requerimiento de una verdadera fundación española como lo fue la oficial de Charapotó, recorrió además Paján que se llamaba en aquel tiempo Pipai, la apodaron "Tierra de las Golondrinas" porque en el sitial abundaban golondrinas que llegaban de manera temporal debido a los cambios de estación, periodo de gestación o apareamiento, etc. y más tarde descubrió el Río Daule más hacia el oriente . En la deriva de sus planes retrocedió hasta alojarse nuevamente en los bosques de Paján donde mantuvo una estadía algún tiempo quizás como lo ha sido siempre la típica estrategia española de vanguardia para no cansar a las tropas en el campo de batalla durante la ruta de exploración.
Lo relacionado con Chone sobre Don Pedro de Alvarado se llega a deducir porque fueron sus fuerzas quienes subieron hasta la ahora zona norte de Manabí por lo que es ahora el Cantón
Tosagua donde vivía la Tribu "Tosahua", dejando residiendo allí a uno de sus Lugartenientes, Luis de Moscoso junto a 30 españoles y varios indígenas de descendencia centroamericana, recorriendo más hacia arriba las montañas de la campiña donde se encontraban asentadas las Tribus Chonanas, sin haber por lo menos tomado en cuenta la existencia de Caseríos nómadas en la zona; posiblemente entre los meses de Marzo y Abril del año 1534. Al recorrer la zona septentrional de Manabí, Alvarado se perdió en la selva pantanosa, calurosa y húmeda chonana de la que hasta ese tiempo no se tenía un registro oficial conocido; organizando a los grupos de exploradores para realizar una expedición más profunda por dichos lugares que todavía no tenían rastros de indicio, posiblemente la ruta de trazo del encuentro fue en algún sitial del actual Cantón de Flavio Alfaro. Entonces el Capitán Luis de Moscoso y Alvarado se dirigió un poco hacia el sur, descubriendo allí a la "Tribu Chonana" que para aquel entonces era una civilización independiente y autónoma cuyos dominios y asientos se extendían desde la desembocadura del actual río Chone hasta los sitiales de "El Maicito" y "El Mayal" en los actuales Cantones de Flavio Alfaro y El Carmen. Moscoso se estableció en Chonana para recoger víveres que estaban haciendo falta en la expedición y tomó prisioneros a unos indios para sacarles información sobre el camino que las haría arribar a Quito. Si las circunstancias hubiesen dado a conocer otras ambiciones y expectativas de rumbo, entonces Alvarado fuera uno de los más célebres conquistadores de América que hubiera fundado Chone, pero su impaciencia por llegar a Quito como primordial objetivo y ansia de conseguir beneficios materiales u oro para los intereses suyos y del Rey de España lo agobiaron en el largo plazo de su diligencia, arrebatándole de tal manera a los habitantes de la actual Chone el deseo simbólico de elevación a jurisdicción de nuevo territorio en el Ecuador actual, incluso un año antes de que por órdenes de Don Diego de Almagro, Francisco Pacheco fundase la Villa Nueva de San Gregorio de Puerto Viexo. Chone hubiera sido una de las primeras ciudades fundadas por los españoles en el Nuevo Mundo, ya que para la actualidad hubiera tenido eso más que un significado histórico, sino también político, geográfico y muy logístico al orgullo de los orígenes indohispanos. Por consiguiente Alvarado siguió su viaje por la zona Norte de Manabí atravesando los actuales territorios del Cantón El Carmen y cruzando la cordillera; llegando a la pequeña población serrana de Nono (Provincia de Pichincha) a pocos kilómetros de Quito. Como Alvarado anduvo perdido en las provincias del litoral durante los meses de Febrero, Marzo y Abril, sufrió las molestias de las lluvias de invierno, cuando en la costa los llanos y todo el suelo en general se convierten en anegadizos y pantanos intransitables junto al irresistible calor ardiente de esa etapa estacionaria; y saliendo a la planicie interandina, en Agosto, pasó la cordillera precisamente en la época de los mayores vientos y de las más fuertes nevadas. Alvarado fue el primer español en recorrer junto a una tripulación las selvas del norte de la provincia de Manabí, para llegar hasta Quito; además indirectamente su ambición y curiosidad lo llevó a descubrir y trazar los primeros caminos disimulados de la carretera Chone-Quito, que "Los Raidistas" (choneros) finalizarían trazando finalmente.
Ya desde el comienzo de la conquista se tomó la hoya del río Chone como el camino más corto para llegar a Quito, establecido uno de los mismos, en los lugares de descanso que llevaron a denominar al sitial como San Lorenzo, ubicado donde ahora se encuentra el extremo noroeste de la actual ciudad, llamadas ahora "El Vergel" y "Loma de de Los Muertos". Otro punto o lugar de descanso fue el sitial conocido como Chuno, ubicado en el margen derecho de los ríos Garrapata y Chagualú, construido sobre las ruinas de la de la antigua ciudad indígena de Chonana. El camino hacia Quito trazado por los expedicionarios españoles, fue el mismo que dejaron definido los Caras y los Chonanas en sus relaciones comerciales con el resto de tribus en la parte oriental del litoral ecuatoriana y la parte occidental de la región sierra. Este camino por encontrarse más cerca de la ciudad de
Quito y de Panamá, fue un atajo principal que emprendieron las embarcaciones de españoles que llegaban a Bahía de Caraquez en las expediciones y viajes hacia el norte. No cabe duda que el camino que se definía desde los asentamientos chonanas, no cumplía exactamente una ruta comercial bien definida, debido a que la falta de señalización de caminos y la austera y complicada travesía que se había incrustado al seguir porque se consideraba agotable y desconocida para entonces.

Fundaciones y Relatos

La jurisdicción administrativa de la época Prehispánica hacia 1489 según el historiador y sacerdote quiteño Juan de Velasco en su obra “Mapa del Antiguo Reino de Quito” la ubica como un caserío indígena llamado Pechance subordinado en aquel entonces al Reino de los Caras que en aquella época comprendía los territorios de la actual Provincia de Esmeraldas, Norte y Centro de Manabí, parte de la Provincia de Pichincha de la recién creada Provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas. Las leyendas y hazañas indígenas de este periodo dieron como resultado a la posibilidad de encontrar un verdadero sitial para esa población que rindió durante mucho tiempo honores y homenajes a un jefe indígena que se llamaba Chuno (quizás suposición o teoría aunque sí afirmación); pero se desconoce hasta hoy la herencia, legado o alusión de este indígena que en suya persona se dio nombre y apellido a la ciudad, incluso el significado de la palabra; aunque se supone que dio a estas tribus triunfos épicos en épocas remotas, es decir una especie de identidad propia y distinta con otras tribus. Por esta época era conocida su población como la Tribu de los Chunos o Chonos, al igual que la Ciudad o Tierra de los Chonanas quizás un sustantivo gentilicio de la palabra Chuno, un derivado gramático o simplemente una descendencia gramática de la tribu con afinidades territoriales con la que se acuñó dicha terminología. El relativo español de la palabra Chuno se hizo Chione con la supuesta fundación española del 7 de agosto de 1735 aunque el sabio y científico riobambeño Pedro Vicente Maldonado escribe y ubica el nombre de la Ciudad como ha sido hasta hoy preservado por primera vez en su obra “Carta Geográfica de la Real Audiencia y Cancillería de Quito” o Carta Geográfica de la Provincia de Quito; quizás Chione, este nombre fue un error ortográfico o lingüístico del entonces Presidente de la Real Audiencia de Quito Don Dionisio de Alcedo y Herrera que presentó en Lima al Virrey del Perú Don José de Armendáriz y Perurena Primer Marqués de Castelfuerte una lista de los poblados ya existentes en toda la zona de la entonces costa quiteña desde Pasto hasta Tumbez y Paita; y después a finales del siglo XVIII ya aparecía como Chone aunque en el mapa de 1779 diseñado para el Rey Don Carlos III de España por el Gobernador de Maynas e Ingeniero Francisco de Requena quien fue el primer Comisario Real de Límites no se nombra la existencia del caserío, (Chone) de esta palabra ya codificada que en la lengua española moderna derivan los gentilicios: Choneros, Chonenses, o Choneños a la cual se refiere a aquellas personas nacidas en esa ciudad.
Durante el proceso del coloniaje español Chone no jugó un papel importante y estratégico para la Corona Española, puesto que nunca fue un regimiento militar, un sitio de reencuentro especifico entre conquistadores, gobernadores, etc. o más aún un lugar desde donde se asentasen las legislaciones y leyes de la Corona para beneficio propio, todo debido a la inestabilidad del lugar, selvático, húmedo, caluroso y demasiado drástico, más bien fue un acertijo o u punto de tránsito de los viajeros que iban de Quito a Panamá o viceversa. Simplemente fue una delimitación geográfica no tomada nada en cuenta en aquel entonces por las autoridades de la época, esto ocurrió durante la Fiebre de la Leyenda de
El Dorado que llevó a los conquistadores como Francisco de Orellana a descubrir y realizar expediciones en el Río Amazonas, y tierras vírgenes aún sin descubrir fundándolas en nombre de Dios y del Rey de España; es decir Chone no adquirió un reconocimiento de ascendencia plenamente socio-político sino hasta finales del Siglo XIX cuando se produjo su cantonización y el siempre recordado Boom Cacaotero, ya que en aquel entonces Chone exportaba el mejor Cacao de aroma y sabor del mundo a Europa, Asia y Estados Unidos. Respecto de la época colonial Chone más bien era todavía una especie de caserío nómada limitado a las difíciles y complejas circunstancias geográficas del lugar y zona que siempre estuvo asentada a orillas del río que lleva su mismo nombre, sometido siempre a las disposiciones de congregaciones religiosas que actuaban con feudos derechos en nombre de Dios y la Corona de España. Quizá no hay indicios de cómo fue el proceso de evangelización en Chone, pero esa duda la desmiente su fundación como parroquia eclesiástica por un Cura auxiliar de la entonces Villa Nueva de San Gregorio de Puerto Viejo Fray Antonio Cedeño y Macías un 7 de agosto de 1735. La estabilización de la población de Chone no se asentó definitivamente hasta después de su fundación eclesiástica ya que el latifundio no se hizo sentir hasta finales del siglo XVIII cuando la entonces Gobernación y Tenencia de Santiago de Guayaquil dispuso el reordenamiento de sus territorios respecto de otras gobernaciones pertenecientes a la Real Audiencia de Quito con la Gobernación y Tenencia de Atacames. Según la obra “Chone Viejo” cuyo autor es el reconocido historiador de la Ciudad Sr. José Vidal Hidrovo quien ostenta en posesión todos los documentos legales relacionados con Chone desde la conquista española hasta la edad contemporánea, afirma que el origen de la ciudad data del siglo XV, lo que es concretamente cierto ya que el mapa y las descripciones del sacerdote Juan de Velasco desmiente esa posibilidad remontándose casi un siglo antes de la llegada de los españoles y denominándole Pechance (desconocido el significado de esta palabra por ahora) al sitio o localidad que ahora se conoce como Chone. El libro determina que el primer asentamiento o población de origen español se radicó a pocos kilómetros de la desembocadura del actual Río Chone. El historiador cita a unos relatos del año 1534 hechos por Don Ruiz de Estrada durante plena posesión de estos territorios por los conquistadores y travesía de Pedro de Alvarado en la que define una exploración al actual río Chone y dice: El Río como una legua de ancho por lo menos, ya que en aquella época se le dio el nombre de Río Caráquez, mientras que en otra párrafo lo describe como: río caudaloso y de entrada fácil para grandes naves, lo que sería como un acertijo para lo que se vendría con el Boom Cacaotero. La primera denominación hispana del cantón fue “Pueblo Viexo de Chone”; por no estar fundada bajo ningún rango o jerarquía especifica política o religiosa, tal como sucedió legítimamente con las fundaciones de Portoviejo. Lo referido a diferentes asentamientos y mudanzas fue un problema de plenitud y circunstancia para los pobladores de aquel tiempo que verdaderamente adhirieron sus dificultades y necesidades cotidianas en manos del destino que les tocase vivir debido a la inestabilidad climática, carencia de vialidad por caminos vecinales y ausencia de suficientes víveres como los alimentos, la vestimenta y los animales de crianza, ejemplo muy similar respecto de las fundaciones de Guayaquil. Hidrovo define que también existieron asentamientos humanos en Chagualú, que se llamó Chuno. Otro indicio advierte que hubo un Chone en El Palmar que en aquella época era un pantano silvestre habitados por abundantes lagartos, mientras que finaliza refiriéndose al último Chone fundado como “San Lorenzo de Chone”, entre los sitios de EL Vergel y Lomas de los Muertos, que actualmente todavía existen; la coincidencia geográfica con el mapa de Pedro Vicente Maldonado adquiere más relevancia de reconocimiento puesto que este científico riobambeño fue el primero en actualizar para el Virrey del Perú los nombres de poblados y caseríos existentes en la zona sur de la Gobernación de Atacames, de la cual Chone hacía parte. Hidrovo habla de los comentarios que se transmitían de generación en generación dando a conocer que el legítimo pueblo de Chone deriva de la parroquia de San Antonio (tal como lo decía su padre) lo que coloca en suposición el traslado continuo del asentamiento como una comunidad nómada frecuente. Entonces según el mapa de Maldonado que fue terminado a un año de sucedida su muerte en 1750 y codificado en 1735, por los viajes que realizara por estas tierras para recibir a la Misión Geodésica Franco-Hispana o Franco-española determina que existe una leyenda que decía “Pueblo Viejo de Chone” existido en el mismo punto que es ahora el caserío de “La Playita” en la parroquia rural de San Antonio. Cabe recalcar que legalmente el responsable de la fundación de Chone fue el entonces Virrey del Perú que actuó con auspicio del reinado de Felipe V. Sería fácil de razonar que la fundación de Chone fue una difícil y complicada tarea gubernamental principalmente debido a la falta de comunicación, de recursos monetarios y humanos, la falta de señalización de caminos y la amplia dificultad que existía para poder interpretar un mapa de guía que solo una persona letrada o estudiada podría identificar sin ningún problema. Los lemas reglamentarios de la Casa de Española de Borbón fueron en un principio caracterizar la reducción y mantener la austeridad para reconfortar de a poco la Real Hacienda Española, El Real Tesoro y las Reales Arcas de los diferentes gobiernos que controlaban el Imperio Español de Ultramar por todas las latitudes y partes del mundo, para poder solventar esos tributos en beneficios exclusivos de la corona y las instituciones que la conformaban.
Las Polémicas de la Fundación

Acertando con el artículo anterior las cuatro estadías de Fundación de Chone se dieron en diferentes etapas, significado y reconocimiento que dio como resultado una serie de polémicas afirmaciones y suposiciones sobre la fecha legitima de fundación de la ciudad, aunque se consideró la primer fundación como parroquia eclesiástica en el seno y primicia legal de relevancia que define de forma absoluta y concreta la Fundación de la Villa de San Cayetano de Chone o llamándola por su nombre completo "LA VISORREINAL SANTÍSIMA VILLA RICA DE LA BENDITA PROVIDENCIA DE SAN CAYETANO DE CHONE DESTA NUESTRA NUEVA CASTILLA". Lo cierto es que Chone tuvo tres fundaciones en el río del que lleva puesto su mismo nombre y otra, en la localidad chonense de Chagualú.
La primer fundación se produjo en el sitio La Playita (parroquia de San Antonio como lo afirmó Don Ruiz de Estrada al deducir que se encontraba cerca de la Bahía de los Caras (actual Bahía de Caráquez en el Cantón Sucre), ratificada por Maldonado en su mapa en el margen derecho del ahora río Chone; siguiendo entonces el ejemplo las dos otras refundaciones en los sitios de El Palmar, y otra entre El Vergel y Loma de los Muertos donde se bautizó a la Ciudad como San Lorenzo de Chone, justamente donde ahora se levanta el extremo suroeste de la moderna ciudad.
La Cuarta fundación se produjo en Chagualú (Parroquia de Ricaurte ) donde existieron micro caseríos prehispánicos de la Cultura Milagro-Quevedo que era conocida étnicamente como Chonos en el Periodo de Integración (500 d. C. – 1500 d. C.). Hidrovo no se refiere demasiado a los hechos de esta fundación que probablemente fue simbólica.
La cúspide de las polémicas históricas no se da a entender por las fundaciones de los primeros habitantes de Chone, sino que se define entre las tres fundaciones eclesiásticas ( 1735, 1789 y 1799 en todos estos años con la misma fecha) que por reivindicación fue fundada la Ciudad en 1735 y refundada en 1789 de la misma fecha que se ha planteado hasta nuestros días; una polémica que resultó siendo más que una mala interpretación histórica; corregida y afirmada por el periodista manabita Absalón Tola Barcia que era autor de la Revista “De Chone a Quito”, que entonces define por tanto que la legítima fecha de fundación de Chone fue un 7 de agosto de 1735 por el Sacerdote auxiliar de la
Villa Nueva de San Gregorio de Puerto Viejo Fray Antonio Cedeño y Macías, siendo la jurisdicción territorial pertenecida a la entonces Gobernación y Tenencia de Atacames de quien se conoce el nombre del gobernador Don Pedro Vicente Maldonado en aquella época perteneciente esa jurisdicción a la Nueva Castilla o Virreinato del Perú. En la época que Chone fue fundado era Presidente de la Real Audiencia de Quito Don Dionisio de Alcedo y Herrera, y la máxima autoridad del Rey era el entonces XXVIII Virrey de Perú Don José de Armendáriz y Perurena Primer Marqués de Castelfuerte sucedido al siguiente año por Don José Antonio de Mendoza Caamaño y Sotomayor, III Marqués de Villagarcía Arosa, quien trajo consigo en su embarcación desde Madrid y Callao a la Misión Geodésica Francesa para que midiese la latitud de Oº en lo que hoy es Ecuador; y donde deriva el nombre de nuestra nacionalidad e identidad etimológica. En la refundación del 7 de agosto de 1789 se le designa oficialmente parroquia eclesiástica y llamándole con nombre del calendario católico; La Villa de San Cayetano de Chone hasta hoy, en honor al antiguo patrono de la ciudad: San Cayetano de Thiene. El honorable Senador de la República Dr. Elio Santos Macay (chonero) propuso la Cantonización de Chone, solo con el nombre de la ciudad y no con la denominación más simple de la fundación española (Villa de San Cayetano de Chone) ya que este era ateo, ignorando entonces el calendario católico y el patrono de la ciudad (San Cayetano) por tanto borrando la certeza de la fundación española de la ciudad ya que algunos incluso desconocen que Chone haya tenido una fundación española legitima y coherente. En la actualidad se hace referencia a la Fecha de Fundación de 1735 por ser la primera fecha de existencia de devota religiosidad católica; y todos los años los habitantes organizan una serie de festividades comandada por desfiles llenos de Folclore e historia que es interpretada en su mayoría por las Escuelas de todo el Cantón. La gente suele vestirse con trajes de los siglos XVIII, XIX y principios del XX.
Época Colonial
El Chone de Indias no existió sino hasta la fundación del 7 de agosto de 1735, cuando las autoridades virreinales le dieron categoría de villa o pueblo que equivalía a lo mismo en aquella época. Lo cierto es que el verdadero Chone estaba indefinido en diferentes poblados establecidos alrededor del río Chone y sus afluentes como el Chone de la hacienda EL PALMAR en el siglo XVII, propiedad de holandeses, esto sucede con las incertidumbres del siglo XVII y XVIII donde pasar por Chone era la obligación del viajero en su travesía desde Quito hasta Bahía de Caráquez o hasta Atacames, esta ruta se siguió utilizando hasta nuestros días. Hasta 1629 las naves que traían comercio desde Panamá llegaban hasta Bahía y esto compuso un pequeño monopolio de exportación e importación beneficioso para la zona. Pero este camino era perjudicial para los intereses de las elites porteñas de Guayaquil, por lo que los virreyes como Diego Fernández de Córdoba Marqués de Guadalcázar y Luis Jerónimo Fernández de Cabrera y Bobadilla IV Conde de Chinchón tomaron decisiones a favor de ese puerto, solo considerando privilegios a la ruta de Panamá a Guayaquil. También es suprimido Manta como puerto ya que el regionalismo de Guayaquil y de Lima fue centralizar las divisas para enriquecer a la corona.
Por mandato del Rey de España Don
Felipe V se dio el final al restablecimiento legitimo de pequeños y antiguos caseríos y poblados mestizos e indígenas delegándose reales facultades y permisos administrativos a las corporaciones clericales correspondientes (Iglesias, Conventos y Congregaciones)que en nombre de la Corona fundasen nuevas parroquias eclesiásticas ligadas al dominio, predisposición y jurisdicción de la Monarquía Española y la religiosidad Católica Apostólica y Romana que se auspiciaba como la devoción en los nuevos reinos colono- hispanos durante la primera promulgación de las llamadas Reformas Borbónicas, para el justo reordenamiento de ciertas delimitaciones geográficas, cuyo principal objetivo en la territorialidad colonial consistió primeramente en acumular y reconocer el poder y autoridad absoluta del Rey en una sola persona ya que este tuvo que hacer frecuente el uso de la diplomacia delegativa y de comitiva para el reconocimiento de su reinado, porque su persona significaba la entronización de una nueva dinastía en la corona española tras su ratificación por las Cortes de los Reinos de Castilla, los Tratados de Utrecht y Rastadt y el costosísimo final de la Guerra de Sucesión para los intereses españoles en Europa y América, consolidándose así todos los conjuntos administrativos de entidades coloniales o corporaciones coloniales existentes que estuviesen a cargo de alguna función competente delegada por la antigua administración de los Habsburgos Españoles y pertenecida a la globalidad terrestre del Imperio Español. Esta idea ilustrada manifestó en un principio la implantación de un nuevo sistema, modo de supresión y limitación de los poderes a cierto grupo de la aristocracia criolla y funcionarios burócratas influyentes en la economía virreinal, que acumularon durante mucho tiempo riquezas ilícitas en beneficios oscuros muy propios e individuales; puesto que apoyaban el contrabando surgido de la piratería y el monopolio de bloqueo en las relaciones comerciales con otros países europeos como Inglaterra, Holanda y Portugal que fueron prohibidos de su comercio con América durante el primer reinado de la Casa de Borbón en España y la influencia política franco-italiana. El gobierno de Felipe V arrebató a la burocracia chapetona y a la aristocracia criolla el poder que les había confiado el régimen anterior de controlar la distribución de la riqueza, favoreciendo principalmente a los burgueses hacendados sin títulos nobiliarios que eran leales a los intereses económicos de la Corona; esta similitud de decisiones son muy similares al modelo mercantil francés de administración que suprimía los excesos de concentración de poder en los grandes señoreajes como la Aristocracia y la nobleza . Chone fue apenas un diminuto ejemplo de las Reformas Borbónicas en el aspecto más significativo y personalista que se refiere a la legitimidad de la existencia de un pueblo en la división política, religiosa y geográfica del Imperio Español a cargo de la iglesia católica y otras instituciones emparentadas con Los conglomerados de la Corona ; reemplazándose así entonces el viejo, austero, corrupto y decadente Sistema de Gobierno Colonial de los Austria, cuya lentitud, prevaricato y falta de ética profesional promovió la exigida necesidad de la regia autoridad para disponer de nuevos estilos, formas y maneras de distribución socio-económica y político-administrativa con las que se llevarían a cabo todas las disposiciones y decretos que se hiciesen en la Corte de Madrid para hacerlas posibles todas esas maniobras ordenadamente en territorio colonial distanciado de la órbita de España.
El 24 de junio de 1539 fue elegido el Maestre de Campo Don Francisco Arias como Corregidor y Justicia Mayor de
Santiago de Guayaquil y San Gregorio de Portoviejo, además de de recibir el titulo de Capitán General de la Provincia de Esmeraldas que para esa época ya incluían los territorios de Chone.
El Capitán Don Juan Vera Rivera fue nombrado con fecha del 16 de marzo de 1737 como Teniente de Corregidor de
San Antonio de Caráquez y Punta Canoa ( que incluían los territorios de actuales de Chone, Flavio Alfaro y El Carmen).
En 1765 fue designado Teniente de Gobernador de
San Antonio de Caráquez Don Pascual Pérez de Villamar. En esta época Chone se incluía en este titulaje y nombramiento jurídico.
Desde 1772 ya se nombra a Chone como parroquia preponderante en la parte nororiental de la actual provincia de Manabí, tal es el caso de que en aquel tiempo ya se nombra a Don Saturnino Cedeño como Teniente Gobernador de Cabo Pasado, Chone y Tosagua con juramento efectuado el 15 de septiembre de 1772, y en el mismo año también fue elegido anteriormente con las mismas funciones Don Marcos Fernando de Vera.
Don Nicolás Santos con fecha de posesión realizada el 30 de mayo de 1781 se hizo cargo del título de Teniente de Gobernador de Cabo Pasado, Chone y Tosagua.

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