lunes, 7 de diciembre de 2009

COSTUMBRES Y CULTURAS

El Montubio (prototipo masculino del campesino criollo) y la Comadre (prototipo femenino de la campesina criolla) han sido como en el resto de la costa ecuatoriana el eje fundamental en la integridad del nacimiento de sus culturas desde finales del siglo XIX donde la identidad criolla se hizo presente en los antiguos asentamientos de indígenas y mestizos costeños; a ellos se les atribuye difundir un lenguaje corporal muy creativo y melódico o corrido (que es llamado sin pensarlo); puesto que de esta invención gramatical han nacido vocablos, acentos lingüísticos y dejes propios de la zona (Véase Ecuatorianidad). Sus costumbres derivan de la mezcla de culturas emigrantes y campesinos españoles con el obrerado indígena. En Chone se los define como un ejemplo y símbolo de identidad, no como una clase social en concreto. Los denominados montubios acostumbran a recitar una serie de epitafios, frases, cuentos, versos y fábulas llamadas propiamente Amorfinos que son una especie de declamación y proclamación criolla que trata sobre temas amorosos, cotidianos, feministas, machistas, realidades y sucesos del momento, etc. dirigidos a un grupo seleccionado de personas o dedicados en el anonimato a alguien. El Amorfino en sí es una serie de versos donde se conjugan las últimas silabas de las palabras sea desde el principio y final de la frase, pronunciándola a capela o entonado con una melodía que es ejecutada en su mayoría de veces con una guitarra. La música nacida de la melodía criolla son el Pasillo, San Juanito, La Cumbia, Bolero y hasta Ranchera o Salsa, en el caso del amorfino mas o menos es una mezcla entre la copla española muy similar al fandango junto con la literatura hispanoamericana enmarcada en el realismo del campesinado y obrerado que convive con los animales y la vegetación rustica del entorno, solo que con un sentido y léxico muy originales, enfrascándose principalmente en la graciosidad de las ocasiones abordando cualquier tema de forma chistosa, burlesca, animosa o en extremos ridiculizante, los montubios siempre dicen que hay que sonreírle a la vida, cantarle y dedicarle muchas cosas bonitas por que, vida solo hay una. Son personas muy alegres y religiosas o devotas además de contemplar costumbres paganas heredadas de la cultura hispana latina. Siempre tienen algo que contar; por lo que se saben muchas leyendas y además tienen tradiciones complejas muy notables heredadas de los antepasados que dieron consejos anunciados por sus antecesores.
Costumbres de la mesa chonera

En Chone los desayunos son muy sencillos puesto que está en su mayoría conformado por la ingesta de tortillas como hechas de maíz, papa, yuca, etc. o panes como los hechos de almidón y harina de trigo, empanadas que es una especie de tortilla hecha de plátano o harina con queso o carne en el interior; pero vertida o frita en aceite además de las porciones de embutidos como la longaniza, el famoso queso chonero, o las carnes a la plancha junto a una aromática taza de café o té, muy pocas veces se come arroz en el desayuno porque resulta demasiado pesado para el estomago. Los almuerzos Choneros son la comida más compleja, pero más completa en nutrientes puesto que su composición está dada por los tres elementos alimenticios gastronómicos básicos del día, llevan bastante arroz y menestra; en cualquier restaurante si usted no se ha llenado puede tomarse la molestia de volver a repetir el plato sin cobrarle otro más; en Chone esto no es una mala costumbre sino que más bien una muestra de hambre. Las Meriendas o Cenas en Chone son las menos complejas ya que puede ser tan sencilla como un desayuno o tan compleja como un almuerzo dependiendo del gusto y dieta balanceada que se lleve a cabo aunque en la mesa de los Choneros nunca puede faltar una entrada con Plátano. A la fundación española en el Siglo XVIII, la emigración extranjera del Boom Cacaotero fueron sucesos que crearon el nacimiento de un vinculo social directo y predomínate como la Alcurnia o Burguesía (Surgida de las fortunas y herencias) local que se unió al linaje europeo de los extranjeros venidos a la urbe; estos trajeron las costumbres afrancesadas y españoladas que estaban de moda en culturas más civilizadas y adelantadas. Los Choneros aprendieron del uso correcto de la mesa desde que los religiosos españoles trajeron copias de libros de la Corte de Madrid y de los Monasterios a mediados del siglo XVIII que hablaban sobre etiqueta, buenas costumbres, vestimenta y gusto. Estas maneras se introdujeron en Europa un siglo antes cuando el Rey Felipe III de España introdujo en su fastuosa Corte de Valladolid el verdadero uso de los implementos y complementos de la mesa aún cuando en aquel tiempo España era la potencia dominante en el mundo entero. Las familias de Chone acogieron como suyas estas nuevas costumbres occidentales que cambiaron la forma de ver la vida de los habitantes y pobladores que ansiaban saber manejar desde que llegaron hechas las primeras cucharas, tenedores, telas, tazas, copas de cristal y cubiertos de Europa.

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